sábado, 2 de agosto de 2014

La intrahistoria



     No hay nada más difícil de frenar que la intrahistoria. Y cada vez menos, pero no porque el momento sea decisivo, ni porque vayan a cambiar muchas cosas en poco tiempo. Ahora es más difícil porque ya no está reservado su relato a los observadores; ahora son los mismos protagonistas quienes informan al resto de la humanidad de lo que está ocurriendo. La intrahistoria corre como la pólvora de un sitio a otro, sin océanos, sin fronteras, sin barreras… Los observadores se pondrán sus gafas ideológicas y filtrarán la intrahistoria para contarla como más les interese. Lo que ha cambiado es que su versión ya no tendrá que esperar a que, pasados los años, se debata en algún foro de expertos o aficionados sobre “la verdad” de lo ocurrido y que, a su vez, aplican su propio filtro y lo analizan a través de su propia experiencia, alejada de los que aquél suceso, cualquier suceso, vivieron. Ahora, esas versiones de los observadores son revisadas al momento, apoyadas o rebatidas en tiempo real, sustentando los argumentos en la propia experiencia que se está viviendo. Así, en gerundio. Bailan las cifras que las imágenes desmienten, bailan los datos que la realidad niega, y tiembla el observador al comprender que está en juego su relevante papel de antes.


     Pero, ¿qué está pasando en la intrahistoria? Se mueven como hormigas pequeñas legiones de ciudadanos socorriendo a ciudadanos abandonados; legiones de ciudadanos defendiendo derechos que les están siendo usurpados; legiones de ciudadanos plantando cara a las decisiones que les acorralan. Y más legiones, como hormigas laboriosas, construyendo los cimientos de lo que aún no es visible.


1 comentario:

  1. No es visible hasta que alguien, como tú, se percata de lo que está ocurriendo; algo tan difícil de hacer como de explicar con palabras.

    Me gusta mucho tu texto porque creo que analizas algo que todos vivimos, pero que nadie analiza más allá de "¿Qué dirán los libros de Historia de todo esto?". Obviamente, ninguno sabemos nada del futuro, pero sí es importante conocer a fondo la relevancia de nuestros actos presentes como sociedad. Me gusta tanto tu texto que parece la introducción de un ensayo, ;)

    AT Amor Mío.

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